Monza es uno de los circuitos más emblemáticos y rápidos del mundo, sede del Gran Premio de Italia de Fórmula 1 y de otras competiciones internacionales. El trazado actual tiene una longitud de 5,793 km y cuenta con 11 curvas, de las cuales 7 son a derechas y 4 a izquierdas. El circuito se caracteriza por sus largas rectas, sus frenadas fuertes y sus chicanes técnicas, que ponen a prueba la velocidad punta, la estabilidad y la tracción de los coches.

En este tutorial vamos a ver una vuelta rápida al circuito de Monza con el Ferrari 488 GT3 Evo, uno de los coches más equilibrados y competitivos de Assetto Corsa Competizione. También vamos a comentar los puntos clave, las zonas de frenada, los vértices de las curvas, las salidas y los pianos que hay que tener en cuenta para mejorar nuestros tiempos.

La vuelta empieza en la recta principal, donde alcanzamos una velocidad máxima de unos 270 km/h antes de llegar a la primera chicane, llamada Variante del Rettifilo. Esta es una de las zonas más críticas del circuito, donde hay que frenar muy fuerte y con precisión para no perder tiempo ni salirse de la pista. El punto de referencia para frenar es el cartel de 150 metros, donde soltamos el acelerador y pisamos el freno hasta reducir a segunda marcha. Hay que trazar la chicane lo más recto posible, pasando por encima de los pianos interiores y exteriores, pero sin tocar los bordillos amarillos que nos pueden desestabilizar el coche. Al salir de la chicane hay que acelerar progresivamente para no perder tracción y aprovechar el rebufo del coche de delante si lo tenemos cerca.

La siguiente curva es la Curva Grande, una curva a derechas muy rápida que se puede tomar a fondo o levantando ligeramente el pie del acelerador según las condiciones de la pista y el coche. Hay que mantenerse por el lado izquierdo de la pista y buscar el vértice tardío de la curva, sin salirse demasiado por el exterior ni pisar el césped. Al salir de la curva hay que volver al lado izquierdo para preparar la segunda chicane, llamada Variante della Roggia.

Esta chicane es similar a la primera, pero más cerrada y bacheada, lo que hace que sea más difícil de trazar y más fácil de bloquear las ruedas o saltarse la frenada. El punto de referencia para frenar es el cartel de 100 metros, donde reducimos a segunda marcha y buscamos el vértice interior de la primera curva a derechas. Hay que pasar por encima del piano interior, pero sin tocar el bordillo amarillo, y luego hacer lo mismo con la segunda curva a izquierdas. Al salir de la chicane hay que acelerar con cuidado para no patinar y mantenerse por el lado derecho para encarar la siguiente curva.

La siguiente curva es la Curva di Lesmo, una doble curva a derechas muy técnica y exigente, donde hay que encontrar el equilibrio entre velocidad y tracción. La primera curva se toma en tercera marcha, frenando ligeramente antes del cartel de 50 metros y buscando el vértice interior sin salirse demasiado por el exterior. La segunda curva se toma en cuarta marcha, levantando un poco el pie del acelerador y apuntando al vértice interior sin tocar el bordillo amarillo. Al salir de las dos curvas hay que acelerar a fondo y aprovechar toda la anchura de la pista para ganar velocidad.

La siguiente recta nos lleva hasta la Variante Ascari, otra chicane muy rápida y complicada, donde hay que tener mucho cuidado con los pianos y los bordillos. El punto de referencia para frenar es el cartel de 100 metros, donde reducimos a tercera marcha y giramos a izquierdas buscando el vértice interior. Hay que pasar por encima del piano interior, pero sin tocar el bordillo amarillo ni salirse por el exterior. Luego hay que girar rápidamente a derechas pasando por encima del piano interior y exterior, pero sin tocar los bordillos amarillos ni salirse por el exterior. Por último hay que girar otra vez a izquierdas pasando por encima del piano interior y exterior, pero sin tocar los bordillos amarillos ni salirse por el exterior. Al salir de la chicane hay que acelerar a fondo y mantenerse por el lado derecho para preparar la última curva.

La última curva es la Curva Parabolica, una curva a derechas muy larga y abierta, donde hay que dosificar bien el freno y el acelerador para no perder velocidad ni adherencia. El punto de referencia para frenar es el cartel de 100 metros, donde reducimos a tercera marcha y empezamos a girar hacia el vértice interior. Hay que mantener una línea lo más suave posible, sin tocar los pianos ni los bordillos, y acelerar progresivamente según vamos saliendo de la curva. Al final de la curva hay que aprovechar toda la anchura de la pista para ganar velocidad y cruzar la línea de meta.

Estos son los puntos clave del circuito de Monza para Assetto Corsa Competizione. Con un poco de práctica y paciencia podrás mejorar tus tiempos y disfrutar de este legendario trazado italiano.